jueves, 11 de abril de 2013

Estás.

Arterias fortificadas,
el pasar del tiempo ha hecho su trabajo,
adios cuentos de hadas,
las ilusiones dejaron de servir, ni los atajos,
asumir, aceptar donde me encuentro, me trajo,
las ganas de hacerme cariño, si, aqui bien dentro, bajo mis estropajos,
donde aún se aprecian tus huellas, son como gajos,
una pequeña parte, donde veo e imagino el entero, la-jor
nada se vuelca díficil: donde esté, estas.

Y es que hasta en mi escondite favorito, fuiste bienvenida,
allí donde voy a sanar mis abiertas heridas, estás.
Paradojal situación, que me presenta la vida, acuesta-te,
descansa, respira, me aconseja mi interno, presta,
atención a tu alrededor, 
disfruta cada color,
ahuyenda el dolor,
degusta inspido sabor,
que ha dejado el desamor,
díficil tarea, tu rostro aparece cómo un farol,
alumbrando a naufragos pensamientos, sol.

¿Cómo curarse?
Si lo que triza mi corazón, es la salvación.
¿Cómo alejarse?
Si mientras más conmigo estoy, más cerca de ti voy.

Me adentro al bosque,
donde forje,
un sentimiento del porque,
y es que el porte,
de este recinto, es enorme,
al borde, de este camino, pondré,
mis esperanzas y deseos, y un acorde,
será la música que me acompañe, un roble,
fuerte y grande, será tu recuerdo, donde,
intuición que engrandezco, que ensorde-ce
y acalla confusion, y mientras más la escucho,
más cerca de ti y tu corazón fue donde me encontre.

Donde vea, estas, no son solo ideas,
es mi cuerpo, alma que planea,
que contempla, rea
en la prisión de lluvias y mareas,
en sueños y siestas, 
donde la vida me muestra,
lo que ama mi ser,
a diestra y siniestra,
eres tú, que donde yo esté estás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario